incl. ref.

Contiene: Pocas cosas de gobierno deben existir en el mundo con una historia tan dramática y sombría en la que se suceden lampos de crueldad y tragedia apenas morigerados por periodos de relativa calma como el Palacio Quemado de la Plaza Murillo de La Paz, sede, desde mediados de siglo pasado del Poder Ejecutivo. En el mismo sitio y a poco de fundar Alonzo de Mendoza por órden de pacificador La Gasca, una ciudad dedicada a conmemorar el fin de la guerra civil entre españoles y asentada sobre Chuqui Apu Marca, inmmemorial burgo indígena, se erigió el edificio del cabildo o Casa Oretorial, que cumplia la doble función de residencia oficial y presidio. La historia de la mansión derruida más de una vez, asaltada y saqueada varias veces y finalmente incendiada hasta quedar en esqueleto, para ser reconstruida, pués entre sus paredes se dio forma a la República o se atentó contra ella dependiendo de los ocupantes de turno. Este Palacio fue usado como cárcel, cuartel, caballerizas, gabinete de estudio y toma de disiciones, bar, lenocinio y allí se firmaban por igual proclamas, decretos y consagraban injusticias y abusos.

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