Si uno adopta un enfoque etimológico de la ciencia ficción, rápidamente queda claro que la intuición original de James Frazer de una afinidad especial entre la ciencia y la magia frente a la religión es tanto una descripción precisa como un síntoma del lugar de la magia en el capitalismo del siglo XIX. . Esto tiene poco que ver con las propias inclinaciones teóricas de Frazer: como muestra este artículo, sus puntos de vista racionalistas y evolucionistas fueron a menudo un reflejo distorsionado de lo que estaba sucediendo en la cultura victoriana en su propio tiempo.