El estudio sostiene que las inundaciones y los fenómenos relacionados con el flujo de corrientes han tenido un gran impacto en los recursos arqueológicos. Un análisis de los daños causados ​​por las inundaciones de 1972 en 226 sitios aborígenes en una parte del drenaje del río Susquehanna indica la necesidad de una preocupación especial por la preservación diferencial, las técnicas de descubrimiento y la interpretación de los datos arqueológicos en las áreas de los valles de los arroyos. A menos que los arqueólogos y administradores de recursos culturales tomen en cuenta los eventos y procesos naturales y/o inducidos por el hombre que pueden haber afectado la historia fluvial de una región bajo estudio, su predicción y detección de sitios y su descripción, análisis e interpretación de aquellos que han descubierto puede verse seriamente obstaculizado.