El empleo de la psicología en el estudio de individuos de una cultura distinta de la nuestra, se presenta lleno de dificultades. El no verlas, o hacer caso omiso de ellas, conduciría necesariamente a una visión falseada de la realidad. La primera dificultad esta centrada en el peligro que cobre quien efectúa el estudio, de saturar sus observaciones con imágenes y conceptos que, elaborados dentro del ambiente en que se ha desarrollado, e impuestos a su psiquismo desde edad temprana, tienden a regir sus nuevas síntesis conceptuales. Y como toda operación conceptual esta impregnada del estado afectivo que la colorea y la vitaliza, nos acecha un riesgo mayor: el de hacer pasar por el alambique de la racionalización nuestros propios deseos.