El inminente estreno en las salas cinematográficas de todo el mundo de la Princesa Mononoke, la última película de animación que ha dirigido el veterano director japonés Hayao Miyazaki, es todo un acontecimiento considerando con toda justicia un maestro entre los aficionados a la animación, la no demasiado extensa pero coherente obra de Miyazaki es un excelente ejemplo de que los dibujos animados pueden ser el vehículo perfecto para contar todo tipo de historias, desde sagas épicas de extrema dureza y gran complejidad moral a pequeñas fábulas costumbristas rebosantes de ternura y buenos sentimientos.