Alan Moore tiene claro que los tebeos están en crisis, la industria americana se va al garete mes tras mes, con cifras de venta cada vez mas desalentadoras, y el futuro parece oscuro, sin embargo, Alan Moore no quiere que los cómics se hundan, y no se resigna a ello, primero por que le gustan, segundo, porque son su medio de vida. Antes que dar la batalla por perdida y escapar a otros campos financieramente mas prometedores, Moore ha tomado la decisión de hacer un último asalto con todas sus fuerzas para recuperar el castillo sagrado del comic.