Los grandes destrozos documentales ocacionados en América Latina por la implementación tardia de los archivos nacionales, departamentales y regionales de ninguna manera parecen haber menguado que en la actualidad se tiene por conservar y utlizar los cuantiosos remanentes de los fondos documentales coloniales, los cuales se consultan con notoria preferencia en los repositorios públicos y privados de Hispanoamerica, España, Europa y los Estados Unidos. Las fuentes históricas bolivianas del siglo XX están imposibilitadas de proporcionarnos la misma riqueza informativa, que cualitativa y cuantitativamente, nos ofrecen las fuentes coloniales y republicanas del siglo XIX periodos asequibles a los historiadores. La oportunidad de participar en la historia viva a través de la versión oral, se presenta en Bolivia y en los países que acusan índices de analfabetismo, como una alternativa invalorable para la comprensión global de su sociedad.

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