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Doña Lucrecia Sansoles : La primera dama española que llego a La Paz en 1548.

Por: Vilela, Luis FelipeTipo de material: Recurso continuoRecurso continuoSeries Boletín de la Sociedad Geográfica y de Historia "Potos¡" ; no. 11Detalles de publicación: Potos¡-BO "Potos¡" 1951Descripción: p. 87-95Tema(s): HISTORIA En: Bolet¡n de la Sociedad Geogr fica y de Historia "Potos¡" En: Boletín de la Sociedad Geográfica y de Historia "Potos¡" En: Boletín de la Sociedad Geográfica y de Historia "Potos¡"Resumen: Llego despues de la fundación de una nueva ciudad, eregida bajo el patrocinio de Nuestra Señora de La Paz. Esposa del Capitan Juan de Rivas, patrocinio de Nuestra Señora de La Paz. Esposa del Capitan Juan de Rivas, primera mujer española que vino al Alto Per£. Dona Lucrecia Sansoles, cuya nombradia ha llegado hasta nosotros a trav‚s de borrosos manuscritos. Hay mujeres inspiradoras que llevan un sino histórico a su ‚poca. Doña Lucrecia era una de esas mujeres excepcionales. Segun rezan algunos empolvados cronicones, belleza tan singular, dio origen a más de un chisme. Y mas de una cronicones, belleza tan singular, dio origen a más de un chisme. Y mas de una vez se cruzaron los rivales aceros por la donairosa castellana. Por otra parte, su munificiencia no tuvo limites. Dio abrigo y solaz a los desamparados y socorrió a los menesterosos. Tenia su peculiar talento, su sagacidad y discernimiento en los negocios relacionados con la pol¡tica colonialista. Estas cualidades la convirtieron en obligada consejera de gobernadores, alcaldes, regidores y demas autoridades, que solicitaban alguna consulta para que absolviera los mas intrincados problemas. En 1554, su esposo fu‚ elegido regidor del Cabildo. Al retorno de aquel territorio realengo. Doña Lucrecia daba a luz una niña, ante el asombro y las murmuraciones del vecendario. Don daba a luz una niña, ante el asombro y las murmuraciones del vecendario. Don Juan de Rivas de los Chirihuanos regresó con tercianas- fiebres intermitentes y escalofr¡os que minarón su delicado organismo. Mas el dolor f¡sico influyo en su  nimo aquella borrasca moral que ensombreció su existencia, su dignidad habia sido enlodada por la protervia y la felon¡a, se refugió en la soledad de su villa. Por aquel tiempo, incidentalmente se quemó el techo de paja de la parroquia de San Sabasti n, atribuyendo alg£n maleficio. Mas la desgracia parecia ensañarse en la familia del Capit n de Rivas, en 1568 un sismo vertiginoso, sacudió al pueblo de Anco Anco y lo hizo desaparecer (Actuales sitios de Tembladerani, Llojeta y Sopocachi) Creyerón ver en el desastre el castigo divino. Doña Lucrecia, cayo en el acerbo pesar y escepticismo. las castigo divino. Doña Lucrecia, cayo en el acerbo pesar y escepticismo. las flaquesas humanas habi  que pagar en dolor. En 1584, el Regidor de Rivas moria flaquesas humanas habi  que pagar en dolor. En 1584, el Regidor de Rivas moria despues de larga dolencia. cayo en una honda congoja embargaba el alma de Doña Lucrecia, comenzó a perder la vista. Los laikas y brujos de Llojeta aseguraban le ha entrado la gota serena segun los peninsulares era "el castigo a la infidelidad en el matrimonio". A la postre la errepentida pecadora, optó por renunciar a la vida mundana sacrificando su belleza y su hacienda, despues de donartodo cuanto heredara de su esposo, ha diversas instituciones religiosas, regresó a Lima. El resto de sus d¡as dedico a la penitencia, muriendo santamente el año del señor de 1619.
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Publicaciones Periodicas Nacionales Publicaciones Periodicas Nacionales Museo Nacional de Etnografía y Folklore
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Revistas B/BOL-S-PT/XXXIX(11)Ago/1951 Disponible HEMREV000388
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Llego despues de la fundación de una nueva ciudad, eregida bajo el patrocinio de Nuestra Señora de La Paz. Esposa del Capitan Juan de Rivas, patrocinio de Nuestra Señora de La Paz. Esposa del Capitan Juan de Rivas, primera mujer española que vino al Alto Per£. Dona Lucrecia Sansoles, cuya nombradia ha llegado hasta nosotros a trav‚s de borrosos manuscritos. Hay mujeres inspiradoras que llevan un sino histórico a su ‚poca. Doña Lucrecia era una de esas mujeres excepcionales. Segun rezan algunos empolvados cronicones, belleza tan singular, dio origen a más de un chisme. Y mas de una cronicones, belleza tan singular, dio origen a más de un chisme. Y mas de una vez se cruzaron los rivales aceros por la donairosa castellana. Por otra parte, su munificiencia no tuvo limites. Dio abrigo y solaz a los desamparados y socorrió a los menesterosos. Tenia su peculiar talento, su sagacidad y discernimiento en los negocios relacionados con la pol¡tica colonialista. Estas cualidades la convirtieron en obligada consejera de gobernadores, alcaldes, regidores y demas autoridades, que solicitaban alguna consulta para que absolviera los mas intrincados problemas. En 1554, su esposo fu‚ elegido regidor del Cabildo. Al retorno de aquel territorio realengo. Doña Lucrecia daba a luz una niña, ante el asombro y las murmuraciones del vecendario. Don daba a luz una niña, ante el asombro y las murmuraciones del vecendario. Don Juan de Rivas de los Chirihuanos regresó con tercianas- fiebres intermitentes y escalofr¡os que minarón su delicado organismo. Mas el dolor f¡sico influyo en su  nimo aquella borrasca moral que ensombreció su existencia, su dignidad habia sido enlodada por la protervia y la felon¡a, se refugió en la soledad de su villa. Por aquel tiempo, incidentalmente se quemó el techo de paja de la parroquia de San Sabasti n, atribuyendo alg£n maleficio. Mas la desgracia parecia ensañarse en la familia del Capit n de Rivas, en 1568 un sismo vertiginoso, sacudió al pueblo de Anco Anco y lo hizo desaparecer (Actuales sitios de Tembladerani, Llojeta y Sopocachi) Creyerón ver en el desastre el castigo divino. Doña Lucrecia, cayo en el acerbo pesar y escepticismo. las castigo divino. Doña Lucrecia, cayo en el acerbo pesar y escepticismo. las flaquesas humanas habi  que pagar en dolor. En 1584, el Regidor de Rivas moria flaquesas humanas habi  que pagar en dolor. En 1584, el Regidor de Rivas moria despues de larga dolencia. cayo en una honda congoja embargaba el alma de Doña Lucrecia, comenzó a perder la vista. Los laikas y brujos de Llojeta aseguraban le ha entrado la gota serena segun los peninsulares era "el castigo a la infidelidad en el matrimonio". A la postre la errepentida pecadora, optó por renunciar a la vida mundana sacrificando su belleza y su hacienda, despues de donartodo cuanto heredara de su esposo, ha diversas instituciones religiosas, regresó a Lima. El resto de sus d¡as dedico a la penitencia, muriendo santamente el año del señor de 1619.

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