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Artículo dentro del Seminario VI: Vivir bien ¿Una nueva vía de desarrollo plurinacional?.

incl. ref.

El empeño por compensar las desigualdades y conservar las proporciones armónicas y simétricas, empapa o permea toda la cultura andina, ya sea en el tejido, la cerámica, la danza o la arquitectura nativa. Pues, en la concepción aymara no se admite el desequilibrio o la falta de armonía, pues esto está relacionado con el caos y por consiguiente, no es bueno. Todo lo que no está según el principio del allq'a irpthapita (diferencias complementarias) es considerado como k'ayma, lo cual significa que es aburrido monótono apagado sucio, algo que no transmite vida, algo que no tiene luz. Lo cual a su vez significa que fue hecho por alguien que no sabe de telar o tejer. Su estética (suma lurata) a sí como su sabiduría para vivir bien en armonía y equilibrio esta muy ligada, como se acaba de demostrar en la presente exposición, con todo lo que se diferencia y con todo lo que está claro y que tiene que ver con la certidumbre, con la certeza, y con la capacidad de discernimiento entre lo bueno y lo no bueno. En fin con un principio que conlleva mucha sabiduría. El concepto allq'a irpthapita impera el sereno hilo, conductor del pensamiento indígena. Y es que el allq'a, precisamente plantea un problema, el cual ameritará una irpthapiña, una solución, una reconciliación, por lo que el ESPIRITU sensible, (sentimientos) y la MENTE, (la razón) se ENCUENTRAN para crear, fructificar, engendrar y generar mil formas y soluciones a la desigualdad que plantea el allq'a, a través de los diferentes mecanismos de reconciliación, armonización y de equilibrio, los cuales forman la amplia gama de saberes de estos pueblos, los cuales haríamos bien en considerar y en practicar, ya sea para suma luraña como también para un suma q'amaña, suma jakaña.

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